
Por Paola López Muñoz. Contenido extraído de la #MingaOnline celebrada el día 19 de abril de 2020.
Las personas que nos dedicamos a la economía estamos muy acostumbradas a oir comentarios del tipo: '¿qué rollazo no?' o 'eso es cosa de hombres trajeados' ,entre otros. Sin embargo, para nuestro gusto (el de las personas de a pie), las cosas están cambiando.
Antes de empezar a hablar de esos cambios, me siento obligada a dar un poco de contexto económico.
Una de las definiciones más conocidas y más básicas de 'Economía' dice que esta se dedica al 'estudio de los medios de satisfacción de necesidades ilimitadas a través de recursos limitados'. No puedo pasar por alto esta definición sin hacer un par de puntuaciones críticas: ¿son los recursos igual de limitados para todo el mundo? ¿de verdad son las necesidades ilimitadas?, o, sin embargo, ¿e slo que nos han hecho creer aquellos a los que más les interesa que tengamos cada vez más y más deseos materiales?
También me parece oportuno hacer una pequeña reflexión filosófica sobre el papel del dinero. En una encuesta que realizábamos vía redes sociales en Nanou Ki, una mayoría aplastante pensaba que el dinero nos corrompe. Pero si reflexionamos sobre qué es el dinero, en realidad solo es un medio de cambio y una unidad de medida.
¿Y en qué reside el valor del dinero? Pues hoy en día, por extraño que parezca, solo es una cuestión de confianza. Antiguamente, teníamos el patrón-oro, que fijaba el valor del dinero a partir de una cantidad concreta de este material precioso. Sin embargo, con el cambio hacia el dinero fiduciario, el valor del dinero empezó a sustentarse en el hecho de que las personas confiasen en su validez.
En este marco, siendo conscientes de que la economía es más sencilla de lo que muchos quieren que parezca, tiene sentido empezar a hablar de nuevas iniciativas económicas.
La economía está, cada vez más, llenándose de iniciativas creativas de personas que intentan cambiar las cosas para hacerla más suya, más nuestra, más cercana y más humana; en definitiva, más Social y más Solidaria. Y lo pongo en mayúsculas porque la Economía Social y Solidaria ya es un ámbito que genera más del 12% del empleo en España. Dentro de este área, una de las iniciativas que más fuerte están pegando son las monedas sociales.
Una definición que me gusta para entender qué son las monedas sociales es la siguiente:
Una moneda moneda alternativa que permite crear una red colaborativa de cercanía en la que todas las personas sean a su vez productoras y consumidoras, ofertantes y demandantes, dándole valor y cercanía a los intercambios económicosPues es una moneda alternativa que permite crear una red colaborativa de cercanía en la que todas las personas sean a su vez productoras y consumidoras, ofertantes y demandantes, dándole valor y cercanía a los intercambios económicos.
Es cierto, también, que cada red es un mundo. Por lo tanto no en todas se cumplen los elementos que se mencionan en la definición.
En la minga, Genoveva López Morales, coordinadora del Mercado Social de Madrid (donde usan la moneda Etics), nos hablaba de un montón de redes, tanto en España como en otros países: la moneda Ekhi en Bilbao, la moneda Palmas en Brazil, monedas respaldadas en energías renovables, monedas entre pymes...
Si sois de aquellxs a los que os pilló ocupadxs la minga, podéis verla en este enlace.
Todas estas redes, promovidas por vecinos, amigos, cooperativas, e incluso a veces por los propios ayuntamientos, han conseguido superar algunos límites que parecen implícitos a la economía, tales como el individualismo y el afán de lucro, para cambiarlos por otros valores como la colaboración y el apoyo mutuo.
Todas estas redes de monedas, aunque muy distintas entre sí, tienen algo en común: están cuidadosamente diseñadas para satisfacer los fines que se pactan desde abajo. Es el propio pueblo quien pone las redes del juego. Por ejemplo, en la red La Canica, en Madrid, la hora de trabajo está pagada a 10 canicas, seas quien seas: barrendero o cirujano.
En general, en las monedas sociales destacan elementos como la 'no acumulación', la 'no especulación', la dignificación de las tareas, el trabajo justo, la responsabilidad individual y colectiva, la autogestión y la soberanía.
La minga realizada el pasado domingo se nos pasó muy rápido a todas, y quedaron muchas cosas por hablar, pero hubo un mensaje que quedó bien claro: el dinero está cambiando de forma, y también de bando. Si no haces economía, otros la hacen por ti, así que manos a la obra.